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La Revolución de Mayo

miércoles, 23 de mayo de 2007

"El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad."
- A. Einstein


"Imagine there's no countries. It isn't hard to do... Nothing to kill or die for."
- J. Lennon

Me quería hacer un ratito para sembrar la discordia. Pronto es 25 de Mayo (acá en Argentina, el día de la revolución de mayo), y estando ya en la semana de mayo se ven ya las banderitas en los autos, algunos con escarapela, y banderas colgadas por ahí. Yo nunca fuí ni patriota ni nacionalista, ni como se le quiera decir, y tal vez por eso es que no entiendo a quienes sí lo son. Jamás entendí ni entenderé ese sentimiento. El mismo sentimiento de pertenencia que puede sentir el fanático de un club de fútbol, que lo lleva a una introspección que se ve representada por frases como "ganamos", "perdimos", "somos campeones", etc. ...

Pero bueno, mucha gente si lo siente, y se hincha el pecho hablando del país, y del ser argentino, y de la patria, y del pueblo, y etcéteras de los etcéteras. Es ése sentimiento el que une a todo el pueblo durante un mundial, es ése sentimiento el que lo une ante un enemigo externo, y es ese mismo sentimiento el que permite que éste pueblo pueda ser manipulado por quien entienda que esto, no es más que un sentimiento infantil, absurdo, y que sólo se da en la masa.

Entonces planteo una hipótesis: pongamos el ejemplo del "hincha de fútbol". Supongamos que esta persona vive sola. Supongamos que no hay canchas a las que se pueda ir a ver el partido, sino que uno sólo lo puede ver sólo y desde la casa. Supongamos que no tiene nadie con quien hablar de los partidos, ni de su equipo, ni de cualquier otra cosa relacionada a su equipo. La duda es: cuánto tardaría en dejar de ser "hincha de su equipo"? Cuánto tiempo soportaría el fanatismo por su cuenta? Cuánto tiempo le sería satisfactorio?

El fanatismo perdería sentido (creo yo, esto es tan sólo una hipótesis y bastante díficil de comprobar por cierto). No habría enemistades entre fanáticos acérrimos, ni motivos de discusión. No habría peleas.

Si llevamos esto a un plano geográfico, nos encontraríamos con lo que John Lennon dijo... imaginen si no hubiera países... no habría nacionalismo, ni segregación por zonas... seríamos todos personas, y simplemente eso. Habitantes del mismo planeta, y cómo tales, iguales en ese sentido. Libres para ir de un lado a otro sin necesidad de pasaporte alguno. No habría tierras por las que pelear, ya que todo sería de la humanidad. No habría odio hacia otros países, porque todos seríamos de un mismo lugar. Seríamos, antes que argentinos (americanos, chilenos, españoles, brazileros, etc.), personas. Simplemente personas.

La pertenencia nos hace esclavos. La segregación nos divide. El fanatismo nos ciega.

El patriotismo, tal como dijo A.E., no es más que una enfermedad infantil. Sentir que somos parte de algo que algún otro creó para sentir que hacemos algo de la vida, cuando realmente no hacemos nada más que pertenecer a la historia de otro.

El patriotismo es, a fin de cuentas, otra manera de representar a uno de los más grandes defectos humanos: el de necesitar pertenecer, antes que ser.

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