Otro fin de semana nefasto

Y ya se fué otro fin de semana dedicado al estudio. Desde hace ya 5 años, noviembre no existe para mí. Podríamos decir que tampoco junio, pero al ser mis materias anuales, no es tanto lo que se sufre en junio.

Noviembre es distinto. Desde unos días antes de que arranque, ya finalizando octubre, uno siente que se avecina un tiempo de abstinencia, sufrimiento, stress, y paranoia. Te das cuenta de que ya es noviembre, sacas cuentas y ves que quedan solo 5 clases de cada materia, y te percatás de que realmente, de abril a hoy, no escuchaste una pu#$ clase.

Ok... es momento de ponerse serio, cancelar salidas, evitar la televisión, y por sobre todo evitar internet (un sólo link podría causarme horas perdidas!!)... como no me quería sentir solo, acudí a internet (fuck, no lo logré)... y encontré éste interesante artículo que me hizo sentir que no estaba sólo...

Me sentí tan identificado, que no pude evitar dar click en el artículo que enlazaba a él (comprenden de lo que hablaba... es solo empezar, y uno ya está perdido). Y es interesante, porque es todo un estudio psicológico sobre esto que nos pasa, y que todos irremediablemente hacemos... lo raro es que el doctor compara nuestra manera de obrar (dejando todo para el final, estudiando sobre la hora, y sobreviviendo a base de café - y sus derivados) con actos masoquistas, o con el acto sexual.

Pero bueno, según el análisis de ese profesional de la psiquis, somos todos unos enfermos que disfrutamos el estudio extremo a último momento, el sufrimiento, el stress, y que además de gozar de ese momento, lo hacemos todo inconcientemente para llegar al éxtasis final, en el cual ya terminamos de rendir todo, y volvemos al equilibrio . Si, acabamos, por así decirlo.

Lo peor de todo esto, es que para "despejarme" estuve buscando un nuevo fondo de pantalla para mi PC (una actividad tan banal como estudiar la TSS), y no encontré ninguno que me gustara!!! Y como no iba a dar el brazo a torcer, terminé con un desolador wallpaper de un pollo cruzando una carretera... tristísimo.

Saludos,
Alejandro